Comunidad clama por presencia de agente policial para que vuelva la paz y tranquilidad
Santo Domingo.-Con apenas 30 años de edad, el Sargento Enmanuel Antonio Tapia Santiago miembro actualmente del Departamento de Investigaciones Criminales DICRIM, ha escrito una larga historia que va desde la realización de la mayoría de los cursos de capacitación y preparación policial hasta dejar donde quiera que ha prestado sus servicios una historia que obliga a las comunidades clamar por la presencia de él, en momento que los bagajes del oficio policial obligan su traslado a otras demarcaciones.
Es el caso de la comunidad de Buenos Aires, en Herrera, Santo Domingo Oeste donde en los momentos actuales los problemas de robos, atracos, drogas por doquier, agresiones con armas blancas y de fuego son el pan nuestro de cada y por un celular le quitan la vida a cualquier ciudadano por más humilde o poderoso que sea.
Tapia como suelen llamarle los moradores que conocen hace tiempo su trayectoria, mantiene la delincuencia a raya y estos le temen porque habla un idioma claro y preciso de advertencia y de prevención evitando que los hechos ocurran y corrigiendo los daños causados por estos malandrines con acciones rápidas y efectivas.
Es evidente que hay una situación en Herrera. Los patrullajes son escasos hasta el punto de que hay calles como la 12, la San Francisco, Tercera, la Calle Nueva o Guajina, la Oeste, la Libertador entre otras que la policía tiene años que no pasan porque se han dedicado al cobro de peaje de puntos, colmadones, para soltar motoristas, la acción fraudulenta del tema migratorio con los extranjeros haitianos y el perrísimo a la contaminación sónica de alta voces y bocinas de colmadones que no dejan la comunidad en paz.
Con este descuido, se ha generado nuevos puntos de drogas que provocan que la comunidad se sienta apenada al ver adolescentes, muchas bonitas y jóvenes de todas las edades que cruzan como sambíes a comprar el producto nocivo donde se habla de que los negocios generan todos los días millones que son hasta compartidos con autoridades de la policía y la DNCD para que los deje trabajar tranquilos.
Es por eso, que piden la presencia del Sargento Tapia para poder lograr los controles y los correctivos de lugar.
Ojalá que aquellos que mandan a los subalternos no lo manden a la frontera para evitar que vuelva a la comunidad para ayudar a que estos males no se sigan suscitando y dando a tantas personas que dejan como secuela una alta cantidad de familia visitando los cementerios, las cárceles, los hospitales y los hogares crea del país.